miércoles, 21 de noviembre de 2007

COMENTARIO A EXTRACTO DE “LA CULTURA ESCOLAR EN LA SOCIEDAD NEOLIBERAL”; ANGEL PEREZ GOMEZ.

El texto al que se hace mención en el titulo de este escrito es bastante completo desde mi punto de vista al describir a la sociedad postmoderna.
Creo que sin duda alguna nos encontramos en una crisis como sociedad, donde nos rendimos a lo inmediato, a lo fácil, a lo pronto y lo que cuesta menos… es decir a la sociedad de la inmediatez.
Reconozco esta crisis pero creo que también es un paso necesario para evolucionar a otro aspecto social, ¿Cuál? no lo sé, pero seguro que es una transición. Ahora, el modelo neoliberal nos hace pensar en que esto llegó para quedarse, pero siento esperanza al leer la última parte de este texto, los movimientos alternativos, de organización social, colectiva, etc. son sin duda alguna una de las vías de escape para este proceso de individualización y de globalización económica y tecnológica.
Son el eco de todos/as aquellos/as que estamos en contra de este sistema poco humanizado y que como el autor nos expone es banal.
La sociedad en la actualidad es sin duda una de las más diversas en lo que es ideología. Amamos la diversidad, sin embargo somos tradicionales en muchos aspectos que podríamos mejorar, como la movilidad social que sin duda es el espejo más claro donde se refleja las desigualdades de este sistema.
Esto sin duda es un modelo que se reproduce y que es dirigido por las ideologías dominantes las cuales deciden por el resto de la sociedad cuales son los conocimientos a masificar en las generaciones que se educan, esto por medio de los planes y programas, los cuales son sin duda una “ayuda” pero que detrás de si existe un juego de poder que impone la parte más poderosa de la sociedad.
Creo que nuestro rol como educador es entregar las herramientas necesarias a nuestros alumnos/as para que puedan discernir de los elementos que pueden ser base para el traspaso de sociedad e ideología, que sin duda vendrán a presentarse en el futuro. Además como educadores debemos alimentar el aprecio por los tiempos pasados, no porque sean mejores, sino porque de ellos hemos evolucionados y que aportan a una conciencia social más clara y a prueba de modelos que solo implantan desigualdades y alimentan este modelo social, económico y sin duda educacional.